El concepto de almacén ha ido variando a lo largo de los años, ampliando su ámbito de responsabilidad dentro de la cadena de suministro. Su gestión trata de la recepción, almacenamiento y movimiento de materiales e información, se sitúa entre la gestión de existencias y el proceso de gestión de recepciones y distribución; su automatización hace posible una mayor integración de la cadena de valor, generando ganancias significativas en términos de coste y productividad y mejorando sensiblemente la interacción con proveedores y la calidad del servicio al cliente.